Al momento de intervenir en una situación social de un componente familiar el reto mayor puede ser entrevistar al niño o niña para conocer las circunstancias que rodean el hecho. Una de las recomendaciones y enseñanzas que se nos dan desde la academia es lo pertinente de desarrollar preguntas abiertas para facilitar el diálogo. Realiza preguntas abiertas, a su vez, facilita establecer una relación de confianza y segura con las personas sujetas de la investigación. Sin embargo, establecer esas relaciones abiertas puede ser complicado y retante.
En ocasiones como profesionales del trabajo social se nos dificulta identificar las preguntas abiertas que podemos realizarle a la niñez durante un proceso de intervención. Al momento de entrevistar al menor lo primero que debemos hacer es explicarle, de forma sencilla y adecuada a su edad, la razón por la que estamos en la vivienda.
Las primeras preguntas deben ir dirigidas a aquellos datos básicos del menor: nombre, apodo, edad, escuela y componente familiar. Aquí algunas preguntas que pudieras tener en consideración:
- ¿Qué te gusta hacer? ¿Cuáles son tus actividades favoritas?
- ¿Quiénes viven en el hogar? Me podrías hablar más de ellos.
- ¿Vas a la escuela?, ¿Cuál es tu clase favorita?, ¿Cómo te sientes en la escuela? y ¿Quiénes son tus amigos?
- Me puedes describir que haces desde que te levantas hasta que duermes.
- ¿Cuéntame que te gusta hacer con mamá y papá?
- ¿Cuáles son las actividades que hacen en conjunto?
- ¿Tienes tarea en el hogar? ¿Cuáles son?
- Me puedes contar, ¿cuáles son las reglas de la casa?
- ¿Qué pasa si alguien no sigue las reglas?
- ¿Hay alguna situación que te preocupe o asuste?
Cada una de estas preguntas son una oportunidad para seguir la línea de exploración que se necesita en la familia. Debemos recordar que como profesionales debemos dirigir la entrevista para obtener la información que necesitaremos para el análisis social.
Por:
Amada Z. García Gutiérrez, MTS
